Cruce de caminos en los Balcanes, Serbia es una gran desconocida. Situada en el centro de las principales vías que conducen a Atenas, Estambul y Sofía, es un país con una fuerte personalidad, en el que se mezclan influencias eslavas, latinas y otomanas, y que conforma una sociedad muy diversa y rica culturalmente. El Danubio, que atraviesa Serbia de oeste a este, entre macizos montañosos, grutas, cañones y reservas naturales, configura un país lleno de atractivos inesperados: castros romanos, fortalezas medievales o yacimientos neolíticos, como el de Lepenski Vir. Y en el centro de todo, su capital Belgrado. Ciudad moderna, alegre y dinámica, con una intensa vida cultural, con monumentos, museos y barrios en los que la música suena constantemente. Y todo ello, sin olvidar las grandes ciudades históricas: Novi Sad, Sremski Karlovci y Vr?ac, que proporcionan al país un atractivo muy particular.