En 1802, cuando Napoleón Bonaparte constituyó su corte, nombró a Madame de Rémusat dama de compañía de la emperatriz Josefina. Por su ingenio, inteligencia e instrucción, Claire de Rémusat pronto pasó a ser la conversadora predilecta de Napoleón, y lo mismo ocurrió con Madame Bonaparte, quien la consideró su amiga y confidente desde el primer momento. Su posición privilegiada convirtió a Madame de Rémusat en un testigo único de los primeros años del siglo XIX en Francia. Sus memorias, ricas tanto en juiciosas observaciones políticas como en revelaciones picantes sobre la extraña familia Bonaparte, son un retrato casi periodístico de la vida secreta de la corte de Napoleón y un auténtico tesoro de psicología y sentido del humor. Fueron escritas después de la caída del emperador y comprenden el periodo de 1802 a 1808, cuando los planes españoles de Bonaparte propiciaron las primeras fricciones entre el emperador y Talleyrand. Las guerras privadas del clan Bonaparte es una significativa selección anotada de los mejores pasajes de las memorias de Madame de Rémusat, inéditas en castellano hasta el momento. «Napoleón no llegó solo a Francia. Lo hizo rodeado de un clan familiar hambriento y ambicioso de poder». Stefan Zweig «Madame de Rémusat fue la conversadora predilecta de Napoleón y Talleyrand». Sainte-Beuve