Esta Antropología filosófica. Una introducción a la Filosofía del Hombre, responde a la necesidad de articular de manera coherente una concepción unitaria de la persona humana. Para ello se ha procurado integrar el pensamiento clásico con las aportaciones de las concepciones contemporáneas acerca del hombre. Esta tarea lleva consigo el esfuerzo de incorporar los contenidos de la psicología racional a un pensamiento contemporáneo especialmente sensible al valor y dignidad de la persona humana. A la realidad humana es preciso acceder tanto a través de la vía «cosmológica» como por la vía de la «interioridad». El hombre es un ser en el mundo natural, y comparte con otros seres algunas prioridades; pero al mismo tiempo su especificidad, la espiritualidad, escapa a las categorías propias de la realidad material. Siguiendo este propósito, la exposición se articula en la primera parte en torno a las facultades humanas, tanto las comunes (nutrición, sensación y percepción, deseos e impulsos), como las específicas (conocimiento y amor). La segunda parte se centra en la noción de persona a partir de su fundamentación metafísica, para culminar con aquellas manifestaciones propias del ser personal: la libertad, el amor, la sociabilidad, la cultura, el trabajo y la técnica, etc. Desde este planteamiento no se puede dejar de lado la pregunta acerca del origen y destino de la persona humana, con la que se cierran estas páginas. Con uyn estilo claro y sistemático, la lectura de este libro invita a continuar la reflexión, nunca agotada, sobre la grandeza y dignidad del hombre.
Esta Antropología filosófica. Una introducción a la Filosofía del Hombre, responde a la necesidad de articular de manera coherente una concepción unitaria de la persona humana. Para ello se ha procurado integrar el pensamiento clásico con las aportaciones de las concepciones contemporáneas acerca del hombre. Esta tarea lleva consigo el esfuerzo de incorporar los contenidos de la psicología racional a un pensamiento contemporáneo especialmente sensible al valor y dignidad de la persona humana. A la realidad humana es preciso acceder tanto a través de la vía «cosmológica» como por la vía de la «interioridad». El hombre es un ser en el mundo natural, y comparte con otros seres algunas prioridades; pero al mismo tiempo su especificidad, la espiritualidad, escapa a las categorías propias de la realidad material. Siguiendo este propósito, la exposición se articula en la primera parte en torno a las facultades humanas, tanto las comunes (nutrición, sensación y percepción, deseos e impulsos), como las específicas (conocimiento y amor). La segunda parte se centra en la noción de persona a partir de su fundamentación metafísica, para culminar con aquellas manifestaciones propias del ser personal: la libertad, el amor, la sociabilidad, la cultura, el trabajo y la técnica, etc. Desde este planteamiento no se puede dejar de lado la pregunta acerca del origen y destino de la persona humana, con la que se cierran estas páginas. Con uyn estilo claro y sistemático, la lectura de este libro invita a continuar la reflexión, nunca agotada, sobre la grandeza y dignidad del hombre.