El agente más poderoso de la vida humana. Con estas palabras se refería Francisco Martínez Marina al amor propio, al interés en el seno de una aceptación positiva del mismo y de su compatibilidad con el catolicismo específico de la Monarquía Hispánica. En este libro nos servimos precisamente de la presencia de dicho sintagma y de sus avatares para el desentrañamiento de una Ilustración propiamente hispana que, con sus variantes, perseguía mayoritariamente la adecuación de dicho amor propio a los planteamientos confesionales que formaban parte de la identidad de dicha monarquía con el fin de incorporar los supuestos de una sociedad comercial cuyo motor era precisamente el amor propio.