Este libro parte de la convicción de que la filosofía de Kant explica de una manera verosímil el proceso del conocimiento humano, por ello se propone solventar el problema que le surgió con la Teoría de la relatividad y la geometría que lleva asociada. La dificultad que presentan las geometrías no euclídeas radica en que tratan al objeto según una estructura diferente a como nosotros lo percibimos. El álgebra de la experiencia es el procedimiento por el cual una estructura no intuitiva puede enlazarse sintéticamente con los fenómenos, dando cuenta necesaria de sus interacciones. Desde este planteamiento la idea rectora de la Teoría de la relatividad sería enteramente kantiana, pudiéndose considerar sus postulados como juicios sintéticos a priori.