Es una obra que sólo podía realizar alguien que, habiendo penetrado la más alta verdad no-dual, poseyera además un profundo conocimiento de la milenaria tradición hindú, así como la pedagogía necesaria para transmitirla con claridad y eficiencia. Este es el caso afortunado de Sesha. Tomando como referencia el Drg Drsya Viveka (texto introductorio del sistema Vedanta Advaita, atribuido a Sri Sankara Acharya), Sesha resume aquí magníficamente la doctrina Advaita, a la vez que despliega un preciso mapa de la práctica meditativa, de los estados de conciencia y de la cosmología Vedanta. Sus comentarios reúnen tres cualidades fundamentales: - Esclarece pormenorizadamente las claves del proceso de autorrealización y de conocimiento englobadas dentro de la vía del Gnana Yoga, como son la concepción de la No-dualidad, la práctica meditativa tanto interna (o Dhyana Yoga) como externa (o Karma Yoga) y los sucesivos estados de conciencia o niveles de samadhi.- Sistematiza sencilla y esquemáticamente las enseñanzas de Govindapada, Gaudapada, Patanjali y Sankara, integrándolas de un modo profundamente coincidente y complementario.- Además, sintetiza los fundamentos cosmológicos de la Vedanta Advaita, planteados inicialmente por el Muni Kapila y desarrollados posteriormente por diversos sabios y videntes de la milenaria tradición vedanta.SESHA nace en 1960 en Colombia, y desde joven experimenta un profundo afán de conocimiento y búsqueda de lo Real. Formado en ingeniería y filosofía oriental, el proceso de indagación continuo del Sí mismo le permite penetrar a sus veintiséis años en la más Alta Verdad No-dual.Comprometido con la transmisión de la Vedanta Advaita, imparte enseñanzas a miles de estudiantes en América y España mediante seminarios. También es autor de "La búsqueda de la Nada", "El eterno presente", "La paradoja divina" y"Los campos de cognición".Sus palabras son fruto y reflejo de madurez interior, recto discernimiento y una capacidad de penetración inigualable en la naturaleza de lo Real. Su oratoria se convierte en poesía, creando el clima adecuado para que el oyente o el lector despierte de su letargo y se sitúe mágicamente en la experiencia de aquello que es su verdadera esencia.