Jano es adicto a la práctica de cualquier tipo de deporte. Lo mismo se pone a jugar a frontón en una marquesina de autobús, que te hace un cursillo completo de natación en un charco. Alejado claramente del culto al cuerpo, no se ejercita para ganar un título o una medalla olímpica pero, por si llega, ya tiene montada la vitrina. "Jano in corpore sano" es la metanovela del vigoréxico.