Ganar en un mundo cada vez más rápido Que los cambios en el mundo se precipitan cada vez más no es novedad, como tampoco lo es que cada vez más apreciemos la rapidez de las cosas y estemos dispuestos a pagar por ello. Pero adaptarse a la era de la velocidad no implica necesariamente más estrés, sino por el contrario, la mayor rapidez nos permite hacer las cosas más rápido, hacer más en menos tiempo y esto nos permite ser más eficientes y por lo tanto si lo administramos bien, vivir más relajado. El truco está en no enfrentarse a la velocidad, sino en aprovecharla para beneficio propio. En tiempos en que muchos están en contra de la velocidad de las cosas, quienes sepan hacer un buen uso de ella serán quienes triunfen tanto a nivel profesional como personal.