Richard Barker señala que ésta es la historia de un pequeño pueblo de Sevilla, relatada en gran parte por los mismos vecinos. Es extensiva por el tiempo que abarca, desde la proclamación de la II República hasta las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco, pero es intensiva por el reducido espacio que examina, lo cual permite apreciar cómo la gran mayoría de los españoles vivía anónimamente las consecuencias del 18 de julio. Las declaraciones de testigos de vista, grabadas desde finales de la década de los ochenta, se complementan con documentos personales y con documentos del archivo municipal del pueblo y otros archivos de la provincia de Sevilla. En el prólogo, Francisco Espinosa subraya: Estamos ante una laboriosa investigación de carácter histórico, muy en la estela de Fraser, en la que las fuentes orales ocupan un lugar primordial pero no único. Pero hay una diferencia importante: la obra de Barker fue escrita en español y para un público español. Y algo más. En esta ocasión, las transcripciones de las diversas declaraciones captan y reproducen el habla real. El libro presenta los eventos desde múltiples puntos de vista y analiza las interrelaciones entre una amplia galería de personajes: alcaldes y concejales republicanos o franquistas; sindicalistas; falangistas; el maestro nacional; el párroco; viudas y huérfanos de fusilados; administradores y encargados de las fincas de los nobles; mujeres purgadas, rapadas y paseadas por las calles; combatientes; jornaleros; guardias civiles; estraperlistas; presos y un largo etcétera. Ubicando los personajes y eventos en su contexto provincial, regional y nacional, el autor convierte el pueblo en un microcosmos que refleja las situaciones por las que atravesaba buena parte de España durante esos traumáticos años.