Los individuos parecen abandonados a sí mismos por una sociedad cuyas creencias y pautas de comportamiento son cada vez más inciertas. Se han entregado a una búsqueda de identidad que les desconcierta. El Evangelio aporta una propuesta de sentido en los diálogos que organizan la vida pública, en el hogar, con el entorno familiar y en el diálogo íntimo que uno entabla consigo mismo en la lectura, paseando o en la imaginación. Este libro de ética cristiana, con una fundamentación bíblica muy sólida, nos invita a releer hoy los textos fundantes de los evangelios y de las cartas de los apóstoles, a entender el sentido y la promesa que atraviesan nuestra vida cotidiana: la vida de familia, las amistades, la relación con el dinero, el trabajo, el ocio, los límites fluctuantes, que siempre deseamos alejar, entre la salud y la enfermedad y entre la vida y la muerte. La obra, de alto contenido espiritual y pastoral, contribuye de forma práctica a las preguntas que muchos cristianos se hacen en el día a día.