El remitente de la Carta a los colosenses ciertamente es Pablo, pero la cuestión estriba en saber si este escrito neotestamentario surgió realmente de la pluma del apóstol o si debe atribuirse a uno de sus discípulos. La Carta tiene especial interés en presentar la imagen de Cristo. Según ella, Cristo es Señor de todo el mundo; su soberanía abarca a todo el universo. Trata, además, de la relación de los cristianos con el mundo. Critica un movimiento dentro de la comunidad cristiana que entiende la fe como un escapar del mundo y que busca la salvación en una pura concentración en el interior y en el más allá. Por otra parte, la Carta asume el sentido que tiene la comunidad de vivir en un mundo frágil y se pregunta dónde habría que encontrar la seguridad y la esperanza. A esta comunidad se le dice que con Cristo ha aparecido un mundo nuevo, en el que también las diferencias que separan pueden desaparecer. Schweizer ha elaborado esta obra con una exégesis seria, viendo la influencia histórica de esta Carta y el significado que tiene para la predicación actual. Sus explicaciones serán de gran ayuda para el diálogo ecuménico. Las cuestiones introductorias (comunidad, autor, fecha y lugar) dejan paso al comentario exhaustivo de la carta, al estudio de su influjo a lo largo de la historia y a una panorámica general desde la perspectiva actual.