Le nombran La Briseña por estar situada frente a la ciudad de Pechina, antigua Bayyana, floreciente puerto mediterráneo según relatan historiadores y geógrafos árabes del siglo X. La brisa del mar llegaba hasta la puerta de mi casa, de ahí su denominación en el pueblo de Benahadux, al que pertenece catastralmente, siendo en el Ruiní, donde está situado, el lugar de reunión del más importante sufismo de entonces, filosofando de lo humano de este mundo y de lo divino del más allá.