Una característica fundamental del neoextractivismo es su carácter global. El motor de la demanda insaciable de extracción de recursos no es otro que la necesidad de sostener infinitamente la avidez de los mercados de materias primas para la obtención de beneficios en base a promover un consumo supuestamente ilimitado. En los países del Norte tradicional, así como en los llamados países emergentes y en las élites consumidoras del "Sur" la demanda de bienes y servicios convertida en negocio lucrativo no se ha detenido, sino todo lo contrario, con la crisis económica global. Existe una carrera desenfrenada por el acaparamiento de tierras y recursos de todo tipo, la escasez de los cuales no hace sino aumentar su avidez. No hay planes para el futuro. Los mercados ya han demostrado plenamente estar fuera de todo control político y parecen hacer suya la famosa frase de Luis XV: "Después de mí el diluvio". La publicación que te presentamos viene a ser una parte del empeño en el que Entrepueblos participa, junto a otras organizaciones de cooperación y solidaridad internacional, y junto a organizaciones campesinas, ecologistas, feministas, que en nuestra sociedad plantean la necesidad de la responsabilidad social y ambiental, de la equidad y del fin del imperio del ánimo de lucro como medida de todas las cosas