Es difícil encontrar un ámbito social en el que la importancia del arte no se afirme con decisión. Lo que se entiende por arte en estas enunciaciones sirve bien a los propósitos de muchos grupos e individuos. La perspectiva que presenta este libro, sin embargo, es la contraria: toda práctica artística que merezca ese nombre se esfuerza denodadamente por alcanzar una situación imposible en la que el arte NO actúe sobre el mundo. En la medida que logra este objetivo, el arte adquiere preeminencia: no transforma el mundo, sino que lo crea.