La mentira y la falsedad se han vuelto un denominador habitual en nuestras vidas. Nos hemos enfrascado en fabricar apariencias; aparentamos algo que no somos... No somos buenos, no somos justos, nos somos rectos y no ascendemos al lugar de los seres humanos, donde el conocimiento es excelso y limpio. Pero más que esforzarnos en corregir eso, más que querer ser bueno y trabajar por ello, o ser justos y trabajar por ello... nos hemos esmerado en inventar técnicas sociales donde se nos ha permitido camufl aje de esa parte horrible, la que llevamos con nosotros a todos lados y, que nos permite hacer creer a los demás que somos rectos, amorosos, confi ables, esforzados... que nos permite... ¡Lo que no somos! Hemos ido aprendiendo a cambiar cosas importantes por cosas inservibles que no valen la pena... buscamos un estatus, buscamos hacer un nombre que nos de reconocimiento y respaldo. Y hemos olvidado las cosas que verdaderamente valen la pena. No se los demás, pero yo estoy arto. Este poemario es un recargo de mis actos, es un decir: me he equivocado; es un decir: el sufrimiento no existe y la vida es hermosa por dura que parezca.