Año 1966. Mientras los jóvenes vivían las horas más épicas y exultantes del Swinging London, un grupo causaba sensación: Syd Barrett, Roger Waters, Rick Wright y Nick Mason tocaban el blues rock como nadie. Se trataba de un blues rock psicodélico, alucinado. Unos meses más tarde, en 1967, grabaron sus primeros singles: "Arnold Layne"/"Candy And A Currant Bun" y "See Emily Play"/"Scarecrow" y luego, su primer álbum: The Piper At The Gates Of Dawn. Había comenzado la prodigiosa carrera de Pink Floyd. El estudio de las letras, la inmersión en el proceso creativo del grupo en el estudio de grabación, el detalle de la intervención de los productores y los ingenieros de sonido y los instrumentos utilizados: nada se ha dejado al azar al sumergirnos en el corazón de la música de Pink Floyd.