El sistema de relaciones comerciales internacionales no ha hecho más que incrementar la pobreza en el mundo, la desigualdad entre países pobres y ricos y el deterioro del medio ambiente. Ante el colapso económico que esta situación vaticina, un nuevo orden económico debe construirse bajo nuevas formas de cooperación democrática y ecológicamente sostenibles. El comercio justo puede ayudar a ello, al propiciar los intercambios directos en los mercados mundiales y la colaboración entre los productores del Sur y los consumidores del Norte. De lo que se trataría es de pagar un precio justo por los productos del Sur a partir de nuevas formas de producción en redes, que respeten el medio ambiente y den mayor calidad de vida a las comunidades productoras.