La tolerancia es un instrumento que nos previene de la injusticia. Por eso, cuando los ciudadanos la desdeñan ponen en peligro grandes logros de la humanidad que tienen que ver con las libertades, los derechos o la idea misma de igualdad. De ahí la importancia de formar a ciudadanos tolerantes que sean capaces de persuadir a los desencantados y de trabajar por el bien común. La democracia es nuestro «campamento», un lugar donde cada uno procura ser feliz a su modo y vivir en libertad. Sin embargo, no hay fortalezas inexpugnables a perpetuidad y las democracias se tornan frágiles; deben por tanto ser defendidas contra los ataques del fundamentalismo, la indiferencia y el descrédito de las instituciones. En La fragilidad del campamento, Oliveira hace un recorrido histórico y filosófico por el papel que ha jugado la tolerancia en la sociedad desde la antigüedad hasta nuestros días. A través de pensadores como Montaigne, Locke, Stuart Mill, Amartya Sen, Rawls, Sennett, Nussbaum, ?i?ek, Zweig, entre otros, hace un repaso de la evolución de la idea de tolerancia haciendo especial hincapié en conceptos como la «falsa tolerancia» o la indiferencia y componiendo un mapa de valores propios de la democracia como el diálogo, la empatía y, cómo no, la indignación.