A partir de 1967, unos centenares de militantes intelectuales buscaron con plena conciencia proletarizarse. Robert Linhart fue uno de ellos. Este es su relato de la experiencia vivida como uno más de los obreros de la fábrica Citroën, de su conversión en eslabón de la cadena, de sus relaciones de los demás obreros, de su horror ante la división racista del trabajo... Este el es relato de lo que significa ser obrero en una gran empresa, de París o del resto del mundo; el relato de la fuerza y debilidades de la clase trabajadora; la descripción, el testimonio vivo de eso que Marx llamó relaciones de producción, aquellas que los hombres mantienen entre sí por medio de los objetos.