Probablemente todo lo relacionado con los microbios te suene a suciedad, a enfermedades y a infecciones; y es cierto algunos microorganismos causan enfermedades incluso mortales, pero la inmensa mayoría de los microbios son muy beneficiosos, cuando no imprescindibles, para nosotros. Están por todas partes y por ellos es posible la vida en el planeta. También están dentro de nosotros. La microbiota es esa comunidad de microorganismos buenos que viven en nuestro cuerpo, gracias a los cuales podemos incluso disfrutar de una salud de hierro. Desde el mismo instante en el que nacemos somos colonizados por millones de virus, bacterias y hongos, que permanecerán con nosotros hasta el final de nuestros días. Y desde que el hombre es hombre, conviven en nuestro cuerpo: hemos coevolucionado con ellos. Los compartimos con nuestra familia y nuestros amigos, pero son parte de nuestra identidad: los microbios que tú tienes son distintos de los de otra persona. Existe una comunicación entre nuestros microbios y nuestro cuerpo, con el metabolismo y el cerebro, por ejemplo. Gracias a ellos se activan nuestras defensas y mantienen a raya a otros microorganismos patógenos, evitando que nos colonicen y que nos provoquen enfermedades. Nos ayudan a hacer la digestión y nos proporcionan algunas vitaminas y otros compuestos que nosotros no podemos sintetizar, y que son fundamentales para nuestra vida. Una buena microbiota es sinónimo de una buena salud. Tenemos que cuidarla, porque cuando la maltratamos nuestra salud se resquebraja. Hay muchos ejemplos que relacionan la microbiota con la enfermedad: desde alergias, diabetes, obesidad y enfermedades autoinmunes, hasta alzhéimer, párkinson, autismo, e incluso cáncer. Este libro desvela de forma amena y rigurosa, un mundo sorprendente, microscópico e infinitesimal, el mundo de los seres que te habitan y rigen tu salud.