Organizado en tres aparentes secciones que se ramifican en las seis elegías que forman el corazón de la obra, y que responden a la pérdida de seis amistades del poeta a lo largo de los años, Desorden de espíritu se inicia con «El preludio», pórtico y obertura, con Wordsworth en una esquina, que reitera la simetría ternaria para iluminar la existencia efímera del poema: vida, memoria y máscara. Los textos discurren desde el enigma y la retórica de la destrucción de la vida que nombra y retiene, desde una carta contestada veinticinco años después para demostrar que el silencio no es olvido. Las elegías fluirán hacia la «Coda» final, siete textos en prosa, que regresará a buscar en el homenaje y la reconciliación un fugaz y provisional orden del indómito espíritu con el que tienta la ausencia.