En esta obra, la más literaria de Palacios Rubios, el autor realiza un canto a las excelencias del heroísmo militar. En tono moralizador justifica y alaba los actos valerosos, mostrando lo que tienen de útil para la sociedad y destacando su aspecto ético. Abundan en la obra los ejemplos tomados tanto de la historia profana como de la sagrada, ensalzando siempre sus virtudes morales.