Monet y Giverny, Renoir y Les Collettes, Pissarro y el Hermitage en Pontoise: los artistas impresionistas están inseparablemente ligados a sus hogares. Para cada uno de ellos, «hogar» tenía un significado ligeramente diferente un lugar confortable dentro de una sociedad en permanente cambio, un santuario inmune a los cambios de la fortuna y la fama, una forma de vida más sencilla, alejada de la ciudad, un lugar para expresar su individualidad y disfrutar. En todos los casos, marcó su arte. Organizado alrededor de las rutinas diarias de los artistas comidas, actos sociales, trabajo, baños, horas de dormir, reposo y educación de los niños este libro explora las vidas domésticas de los impresionistas como no se había visto hasta ahora. Acercándose a sus cuadros, diarios, cartas, recuerdos, bocetos íntimos y fotografías familiares, proyecta la turbulencia y la tranquilidad de las vidas privadas de los artistas, teniendo en cuenta sus actitudes respecto a las relaciones, la familia, la decoración interior y su arte. A través de bocetos cálidos y llenos de afecto, contemplamos a los impresionistas con una nueva luz: Monet, después de unos comienzos difíciles, acomodándose a su confortable vida burguesa; Renoir, el frívolo artista juvenil, convirtiéndose en un maduro y amoroso padre de familia; Pissarro, el socialista comprometido; Toulouse-Lautrec, el distinguido aristócrata; Morisot, la elegante parisienne; y los impresionistas norteamericanos como Childe Hassam, que acudieron en tropel hasta Giverny buscando la inspiración de Monet. El libro se completa con las biografías de las principales personalidades, incluidos criados, modelos y amantes, así como una lista de los hogares impresionistas que se pueden visitar hoy en día.