«Pérez Antolín ha actualizado la vejez en la frase corta de nuestras redes sociales y ha modernizado la lectura en el modelo de la concisión publicitaria. No hacen falta ya muchas páginas para decir lo importante. Más bien, lo importante, como se comprueba en la historia de las religiones, se concentra en una sentencia demoledora o incalculable. De otra parte, [?] se encuentra la buena escritura que posee Pérez Antolín. Una buena escritura que no es, en este asunto, un mérito secundario. O se escribe muy bien o no hay proverbio posible. O se da con el centro del aforo o se borra el aforismo. Por su escritura certera y por su amor al rigor de la escritura, [?] en muchas ocasiones es muy sabio Pérez Antolín». (Vicente Verdú)