Ozaki Hideo, más conocido por su haigo o seudónimo de Ozaki Hoosai, nació en 1885 en Tottori, en la isla de Honshu. Estudió en el Primer Instituto de Tokio y en la prestigiosa Universidad Imperial, donde se licenció en Derecho y fue un entusiasta de los deportes, la poesía clásica japonesa y las filosofías asiáticas. En el Instituto entró a formar parte de la Sociedad del Haiku dirigida por Ogiwara Seisensui, precursor del haiku en verso libre y fundador de la revista Sooun (Nube estrato). Ya en la universidad, al verse obligado por su familia a romper su compromiso con una prima, se lanzó a la bebida, adicción que siempre le acompañó y tantos problemas le acarreó. Desde 1909 en que comenzó a trabajar en una agencia de prensa en Tokio donde apenas duró un año, hasta 1923 en que decidió dedicarse a la vida eremítica, fue dando tumbos por diferentes compañías de seguros. En 1925 se instaló en Shoodo-shima, una isla en el mar interior de Japón. Un poeta monje le consiguió un empleo como conserje del templo Minangoo-an, y una pequeña cabaña con vistas al mar. Allí fue donde Ozaki Hoosai, sin más ocupaciones que barrer, escardar, ofrendar a Buda y leer las sagradas escrituras, escribió sus mejores poemas. Poco después cayó enfermo de pleuresía y un mal catarro acabó con su vida en el año 1926 con tan solo cuarenta y un años. En ese mismo año se publicó de manera póstuma su única obra, una antología de haikus en verso libre, Daikuu (Vasto cielo). Noni Lazaga se ha planteado un diálogo con sus poemas a través de los ideogramas que componen las imágenes. En cada haiku ha escogido un kanji por su forma y su significado, y a través de él ha creado un poema visual, en conversación con el poema de Hoosai, al que ha denominado calikanjigrama. No se trata de una ilustración del mismo, sino de una respuesta abstracta en la que escritura, espacio y ritmo representan la interpretación libre del poema, y figurativa en cuanto a que se reconocen los kanjis aun cuando estos se contraen, estiran, repiten y superponen en muchos de los calikanjigramas. Artísticamente, el resultado del calikanjigrama es un poema visual, aunque en este libro se trataría de una conversación visual con el poeta a través de sus haikus.