En arquitectura, existe la posibilidad de una ocultación literal. Un edificio sólo muestra aquello que desea mostrar, haciendo que permanezca invisible una gran parte de sus componentes, por esenciales que estos sean tanto para su estabilidad como para su funcionamiento. Pero, junto a ésta, también exite otro tipo de ocultación, aquélla que es efectiva sólo para unos determinados individuos, en determinadas ocasiones o incluso una sola vez. Esto implica un criterio más psicológico que lógico y también la necesidad de incluir el tiempo, la variabilidad y la capacidad de mutación como características de la arquitectura.