En este libro se analiza el proceso de incorporación de la perspectiva de género en dos ámbitos de intervención social, las políticas públicas sobre drogas y la educación para el desarrollo. A pesar de que se trata de dos cuestiones temáticamente distintas, las autoras se aproximan a su objeto de estudio de forma similar, en tanto que ambas comparten las bases teóricas y metodológicas que les proporcionan los estudios feministas. En la primera parte de esta obra, María Azanzazu Fernández Rodríguez analiza cómo se aplica la estrategia de la transversalidad de género en las políticas públicas sobre drogas. Para ello lleva a cabo un estudio de las estrategias y planes de acción vigentes en la actualidad en el ámbito europeo, estatal y asturiano. En la segunda parte Ana Gabriela Fernández Saavedra, a través de entrevistas realizadas a las ONG que conforman la Coordinadora de ONGD del Principado de Asturias, analiza los aciertos y limitaciones de estas organizaciones a la hora de introducir la perspectiva de género en las actividades de educación para el desarrollo que llevan a cabo. Ambas autoras llegan a conclusiones similares en sus investigaciones: existe una clara voluntad de integrar la perspectiva de género en los fenómenos sociales estudiados; sin embargo las estrategias puestas en marcha para ello son insuficientes. Esta reflexión les lleva a plantear en la parte final de este libro una serie de recomendaciones prácticas para mejorar el proceso de incorporación de la perspectiva de género, que con carácter general podrían ser aplicables a otro tipo de políticas públicas y de intervención de carácter social más allá de las estudiadas.