Este libro circuló -haciendo honor a su título- casi clandestinamente, en 1984, por los pasillos de La Universidad de La Laguna: dos cuadernillos impresos de manera artesanal -¡a multicopista!, que se vendía de mano en mano. Así lo conseguí. Y cual no fue la sorpresa al encontrarme con uno de los testimonios más singulares y valiosos de la emigración -y no exagero- de todos los tiempos: el diario de un emigrante clandestino, don José Ana San Blas Lorenzo, a Venezuela.