Artemio de Valle-Arizpe cumplió un papel central en la construcción de nuestra imagen mental de la ciudad de México. A través de sus páginas contamos con un cuadro vivo de la urbe de antaño. No fue un cronista en el sentido estricto. No cronicó el presente (con muy pocas excepciones) sino que se dedico como escritor e historiador al pasado. Aun así contribuyo, con imaginación, estudio y disciplina a hacerlo presente. A recordarnos que existió.