Juan José el Mirlo, recién cumplido los nueve años y en plena Guerra Civil española, vive en sus carnes el tránsito por la llamada "Carretera de la Muerte", que unía Málaga con Almería. Días de horror que abrieron los ojos a quien se asomaba a la vida y que le dieron a contemplar las calamidades de la guerra, la violencia exacerbada de unos hombres contra otros y la crueldad injustificada contra quienes trataron de levantarse contra la opresión. Una página de nuestra historia reciente que no debió haberse escrito, a no ser porque en ella tuvieron cabida la acción noble de quienes, ante la furia, antepusieron la bondad y la bonhomía.