La tierra ha sido históricamente el principal factor de producción, el sustento de la subsistencia y la reproducción de la especie humana, el soporte de sus sistemas de vida y organización social y política. El producto de los campos, fruto de las personas que los cultivan, se derrama por todo el tejido socioeconómico de nuestras sociedades históricas y alimenta no sólo las vidas de los particulares y sus organizaciones colectivas, sino también a la más importante de estas organizaciones, el Estado, cuyo origen y naturaleza cambiante no se pueden entender sin el impuesto. En el libro se abordan, desde diferentes ópticas y metodologías, y con un rigor notable, muchas de las cuestiones que se debatieron, primero, en el Encuentro de Investigadores sobre Fiscalidad y Agricultura y, después, en el XI Congreso de Historia Agraria, ambos celebrados en 2005.