La salud es el estado natural del ser humano, y no la enfermedad. Para entenderlo mejor, debemos partir de la llamada Vis Medicatrix Naturae, la fuerza curativa natural. Es una fuerza vital que todos poseemos, y que induce al organismo a realizar esfuerzos internos espontáneos para recuperar el equilibrio y la salud. Esta fuerza vital es la base que anima la homeopatía, la naturopatía, la medicina ayurvédica o técnicas naturales como la hidroterapia, flores de Bach, entre otras muchas. Es la que induce al organismo a realizar ajustes homeostáticos, autorregulándose, buscando su equilibrio y regenerándose. Pero muchos de estos esfuerzos sanadores que realiza nuestro organismo, cuando son muy visibles y molestos, pueden ser identificados y confundidos como enfermedad o como parte de ella, y en demasiadas ocasiones anulados para evitar sus molestias, cuando en realidad la intervención terapéutica debería colaborar con esta fuerza vital para devolver la salud al enfermo, corrigiendo la causa que lo produce, en lugar de centrarse en anular los síntomas de dicha lucha.