Hacer enchiladas está chupado, o eso pensaba Sam hasta que intenta leer la receta. ¿Son tres cucharadas de picante o una tercera parte? Las palabras empiezan a nadar por la página y Sam se pone muy nervioso, así que, para darle vidilla al asunto, echa dos cucharadas bien grandes (y algo de propina) y se marcha al colegio. Allí todo el mundo está deseando probar la obra maestra del chef Sam, pero nadie sabe que se aproxima el ataque de LA ENCHILADA ASESINA
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