«La cuestión del sujeto no debe plantearse hoy en los términos del ¿quién soy? socrático, sino en los del ¿quién soy para los demás?, del ¿qué son ellos para mí?, del ¿qué queremos colectivamente?. Estas tres preguntas nos indican lo difícil que es hacer realidad un proyecto político democrático, porque implica no sólo que se acepte (o tolere), sino que se reivindique la desviación de la subjetividad (o la subjetividad de la desviación), sin darle por ello un carácter esencial (una tentación permanente de las políticas multiculturalistas).» Estas pocas líneas, sacadas de su conclusión, dan el tono general del libro. Su autor, un antropólogo que ha estudiado en profundidad a los filósofos y no ignora nada del psicoanálisis, nos propone a todos, con lo que hoy llamaríamos un enfoque «ciudadano» y un lenguaje claro y riguroso, una reflexión sobre nuestra época. Este libro se dirige a las personas de toda condición que aspiran a pensar de otro modo.