«Cuando se terminó, en 1432, la cúpula de la catedral de Florencia, Alberti dijo de ella que era el primer gran logro del arte nuevo y que igualaba, e incluso superaba, los de la Antigüedad». Con estas palabras comienza Ludwig H. Heydenreich el texto dedicado a la arquitectura del Quattrocento italiano, que junto con el Cinquecento es uno de los periodos más ricos de la arquitectura italiana. Bastaría nombrar algunas de las figuras más representativas a las que se hace referencia en estas páginas, como Brunelleschi, Michelozzo, Ghiberti, Donatello, Alberti, Bramante, Rafael, Peruzzi, Sangallo el Joven, Ammannati o Vasari, para comprender la importancia de la arquitectura italiana de estos dos siglos.ÍndiceParte primera. El Quattrocento (Heydenreich). Capítulo 1. Brunelleschi; Capítulo 2. Contemporáneos y sucesores de Brunelleschi en Florencia: Michelozzo; Capítulo 3. Contemporáneos y sucesores de Brunelleschi en Florencia: Ghiberti y Donatello; Capítulo 4. Alberti; Capítulo 5. Florencia, 1450-1480; Capítulo 6. Roma; Capítulo 7. Urbino; Capítulo 8. Mantua; Capítulo 9. Venecia; Capítulo 10. Lombardía; Capítulo 11. Emilia y Romaña; Capítulo 12. La periferia septentrional y meridional; Capítulo 13. Del Quattrocento al Cinquecento. Epílogo: Leonardo da Vinci. Parte segunda. El Cinquecento (Lotz). Capítulo 14. Arquitectura clásica en Roma: Bramante; Capítulo 15. Arquitectura clásica en Roma: Rafael; Capítulo 16. Otros edificios de principios del siglo XVI de Roma y del centro de Italia; Capítulo 17. Baldassare Peruzzi y Antonio da Sangallo el Joven; Capítulo 18. Lombardía y la tierra firme veneciana; Capítulo 19. San Micheli; Capítulo 20. Giulio Romano; Capítulo 21. Jacopo Sansovino; Capítulo 22. Miguel Ángel; Capítulo 23. Roma, 1550-1600; Capítulo 24. El norte de Italia: Génova, Milán y el Piamonte; Capítulo 25. Palladio; Capítulo 26. Venecia y Padua a finales del siglo XVI; Capítulo 27. Toscana, 1550-1600. Notas de la parte primera. Notas de la parte segunda. Bibliografía.