Con la formación en 1857 de la teoría de la degeneración en la especie humana, en España al igual que en el resto de Europa, conceptos como herencia, determinismo, somaticismo, leyes naturales, etc., se erigen en fronteras biológicas que delimitan lo natural y lo antinatural, lo normal y lo patológico, la cordura y la locura. Toda una corriente biologicista de pensamiento médico sobre la enfermedad mental que traducía las angustias de la sociedad finisecular hacia los individuos o grupos humanos que representaban una alteración del orden social y los valores burgueses imperantes. Así, la identificación entre ley natural y ley social resultó de gran utilidad para justificar las desigualdades sociales, políticas y económicas, al subrayar que éstas derivaban de diferencias constitucionales, vehiculadas por la herencia.