ÍndiceDolorosamente, la enfermedad es consustancial a la naturaleza del hombre. Dice San Agustín que el hombre es un animal enfermo, afligido, desde su nacimiento, por una fatal sentencia de muerte. No debe extrañarnos por tanto, que siendo la enfermedad circunstancia inseparable del ser humano, el hombre haya luchado desde tiempos inmemoriables para vencerla. El concepto de esta circunstancialidad con el ser vivo que tienen la enfermedad y la muerte, las involucra en el propio misterio, impartiéndoles un sentido casi teológico. Las enfermedades son en los albores de la Humanidad, algo que dan o quitan los dioses y la Medicina primitiva, en el sentido oculto de la palabra, es teúrgia (¿Magia?). Por ello el primer médico es mago o sacerdote y las primeras medicinas serán exorcismos o prácticas mágicas que alejen los malos espíritus que producen las enfermedades o bien propician los buenos pensamientos que también ellos pueden traer la curación.