El análisis de las construcciones religiosas que se realizó en las localidades cántabras que pertenecían a las denominadas Montañas Bajas del arzobispado de Burgos ha evidenciado el retorno de maestros montañeses que habían trabajado en otros puntos del país, responsables de la renovación de la arquitectura cántabra en dos direcciones, pues junto al avance hacia los postulados barrocos se produjo una clara asimilación y difusión de los principios vitruvianos