DICE LA AUTORA: "He intentado un recorrido dentro del amor desde ángulos que más allá de ser teóricos o poéticos, me llevaron a internarme en la historia donde la relación de amor se definía como una relación de simetría y el compromiso de los amantes era sostener un equilibrio entre el placer y el sufrimiento, para desplazar el acento hacia una transformación en el tiempo donde el amor fuese puro deseo de existencia. En ese transcurso tuve que reconocer la deuda que el hombre le debe al símbolo y atravesar con una barra el despotismo instalado como Estado para poder dar paso a las relaciones de amor con objetos que son en realidad humanidades tomadas metafóricamente como objetos. En el medio de ese camino llegué a una encrucijada, donde el hombre tiene un susto, un miedo a entrar en una deriva donde lo que pierde es lo que lo constituye, una separación necesaria que lo introducirá al mundo del deseo. Desde la teoría este miedo está definido como una fobia a la que si bien describo como un cuadro clínico debe considerarse más bien como un cruce del camino, un tiempo transitorio, no ya plasmado como una entidad inamovible, sino más bien como una figura de aparición-desaparición, pero que tiene la tarea de ilustrar clínicamente"