Estas páginas están dedicadas a la labor de un maestro asturiano, Luis Huerta Naves (1889-1975), a quien sus éxitos profesionales proporcionaron celebridad durante su primera etapa profesional como conferenciante, fundador de la revista gijonesa Enseñanza moderna (1912), director y colaborador asiduo de otras, autor de varios libros y artículos, alcalde de San Lorenzo de El Escorial, iniciador de varios proyectos, exitosos unos y fracasados otros (el Instituto de Medicina Social, en Madrid, o un Instituto de Maternología y Puericultura en Gijón, por ejemplo). Sin embargo, fue olvidado y silenciado durante los años posteriores a la guerra civil española. Huerta fue uno de los cientos de maestros españoles exiliados en Francia, a donde llegó en 1938 con su esposa y un grupo de niños. En la medida en que su salud se lo permitió, colaboró en varios actos organizados por la colonia española, publicó artículos en el Boletín de la Unión de los Intelectuales Españoles, retornó su compromiso sindical y fue presidente de la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza en 1947. Allí permaneció hasta 1954, año en que regresa a España para recuperar su profesión. Con sesenta y nueve años se hizo cargo de la escuela de niños de Getafe (Madrid). Sólo pudo ejercer el magisterio un curso académico, el anterior a su jubilación en 1959.