Este texto de Silvestre, jamás vuelto a editar desde su primera aparición, constituye para el lector contemporáneo el testimonio preciso, atento, íntimo de un turista parisino que llega en tren a una ciudad mítica que hoy ya no lo es. «Moscú la Santa», «la ciudad perdida en Oriente», la ciudad dorada que describe Silvestre ha sido casi enteramente destruida por setenta años de régimen soviético. ¿Cuánto queda de las decenas de cúpulas doradas que deslumbran a Silvestre desde la cima de la montaña de los Monjes?