El humano conocimiento sólo es re-conocimiento. Son muy pocos los seres humanos para quienes cada percepción es un nuevo amanecer. En Oriente esos hombres y mujeres han sido llamados rishis, jivanmuktas, munis, budas, iluminados... Ramana Maharshi (1879-1950) es uno de esos rishis silenciosos que sólo hablan para indicar una dirección, no para describir un fenómeno. Un verdadero sabio. Maestro de la paradoja y la elocuencia, distrajo a los hombres de sus pesares cotidianos para repetirles la famosa recomendación del oráculo de Delfos: «Conócete a tí mismo». No es fácil presentar la vida y obra de este personaje fascinante que desde su juventud se negó a ser simplemente un hombre. Algunos le tomarán por la reencarnación de un ser sagrado, otros por un místico respetable, otros por un mendigo extravagante que extravió sus facultades mentales. ¿Quién fue realmente Sri Ramana Maharshi? La versión que hoy presentamos prefiere quedarse a medio camino de estas definiciones, porque Ramana, el "amable", no fue nada, o mejor dicho, fue una nada delgada e imperceptible, un milagro de luz que se extravió en este mundo de brutales insatisfacciones.