Es posible que el fundamento de la existencia humana sea el diálogo con el propio acontecer del lenguaje. Incluso para un pensador como Martin Heidegger, el lenguaje es el más peligroso de los bienes. Estas escrituras, todas, representan, al mismo tiempo, una reflexión frente al lenguaje [
] Aparecen ante nosotros con una condición muy similar a la de un sueño que reclama ser interpretado, aunque su cualidad más determinante sea la de resistir esa interpretación.