Sor Bárbara de Santo Domingo (1842-1872), monja dominica del convento de Madre de Dios de Sevilla, nació en lo alto de la Giralda, en la rampa 30, cercana al cuerpo de campanas. Su padre, campanero segundo, tenía allí su vivienda. En esas alturas vivió Sor Bárbara durante 17 años hasta su ingreso en religión. Mística sevillana, muerta en olor de santidad, Sevilla supo de su muerte, la muerte de una santa. Pero anda remolona cuando se la quiere llevar a los altares.