Cuando durante toda la vida te enseñan que el dolor es la forma más normal de que te "amen" entiendes que todo lo que ves en los demás son cuentos que no existen en tu realidad. Aprendes a sobrevivir después de cada balazo y a limpiarte la sangre de la boca cada vez que besas la misma piedra. Así hasta que descubres la mirada correcta en el lugar menos esperado. Antes de lo que esperabas. Es entonces cuando conoces lo que es el amor auténtico, el que no se mide en cantidad y el único que te ayuda a sobrellevar este mundo lleno de variables que nos hacen sufrir.