Las enanas marrones no son estrellas, pero emiten luz, usando como combustible deuterio en vez de hidrógeno. Tampoco son planetas, aunque algunos límites entre unas y otros aún no están claros. En 1995 se anunció el descubrimiento de la primera enana marrón confirmada, y en estos 23 años se ha avanzado mucho en el estudio de estos objetos, se han descubierto un par de miles de enanas marrones y se ha desarrollado un ámbito nuevo de la astronomía. En un futuro próximo, los astrofísicos tal vez puedan dar mejores respuestas a las muchas preguntas que quedan por contestar sobre ellas: ¿cómo se forman?, ¿cómo se comportan sus atmósferas y qué clima tienen?, ¿son las más adecuadas para buscar exotierras? El objetivo de esta obra es dar una visión global delas enanas marrones, dejar clara su naturaleza no estelar, ver cómo se buscan, cómo se cree que se forman, qué características tienen y cómo se han clasificado en función de esas características.