Considerado como un visionario por los sectores conservadores de la industria de Hollywood, Francis Ford Coppola, fue por el contrario un hombre decisivo para salvar a Hollywood del hundimiento al que estaba abocado después del desmembramiento de los grandes estudios provocado por la aplicación de la ley anti-trust. Coppola ha sido uno de los artífices más importantes del New Hollywood, transformando las anquilosadas estructuras heredadas del studio-system con planteamientos de producción realista que buscaron más la profundidad temática o las innovaciones estéticas que aferrarse al vetusto cine-espectáculo que llevaba a los estudios a su desaparición. Hizo ciertamente gala en sus años jóvenes de un idealismo que chocó contra la realidad del mundo del cine pero, con el tiempo, ha sabido aferrarse al pragmatismo más radical sin perder sus ilusiones a costa de sobreponerse a sus fracasos.