Estamos en 1960 y el primer ministro Gaston Eyskens anuncia a los belgas que el rey Balduino se va a casar con Fabiola de Mora y Aragón. Enseguida se apresura a especificar que la familia de la futura reina no está involucrada en los acontecimientos de la Guerra Civil. En realidad, la familia de Fabiola era violentamente anti-republicana. Así, su hermano Gonzalo había luchado en las filas nacionalistas y el Caudillo iba a explotar la boda real para tratar de presentar su régimen con una imagen favorable. Fabiola tuvo trato con personajes oscuros del franquismo, algunos que incluso habían luchado junto a Hitler en el frente oriental. Como lo demuestra la inmersión en los archivos de Franco llevada a cabo por Anne Morelli, Fabiola mantuvo relaciones «afectuosas» con el dictador hasta la muerte de este. Mientras nadie ignora que se tortura y se asesina en las cárceles del franquismo, la pareja real comparte mesa con el viejo dictador, se queda en una casa de campo que él les presta, lo visitan en su yate... El rey de los belgas cuando se dirige a Franco firma «Tu devoto Balduino». Una simpatía por el régimen franquista que no dejará de influir en la política real.