Este ensayo trata de la expansión del aparato del Estado en las democracias occidentales. Da cuenta del modo en que está siendo dividido y ocupado por redes oportunistas. Pone el dedo en la llaga de la dependencia y apesebramiento de los ciudadanos que lo permiten. Y postula tres líneas de contención del Estado, nítidas y concretas, para enderezar la situación. . En un lenguaje claro y de fácil lectura, su autor aporta múltiples experiencias obtenidas en instituciones y organismos públicos españoles. Acredita la existencia de vínculos como la Ley de Hierro de las Oligarquías, de los que obtienen su fuerza los ocupantes del Estado. Muestra el efecto llamada con el que se reproducen. Desvela cómo se crean las élites extractivas. Comprueba que los frenos y contrapesos institucionales ya no sirven contra ellas. Por eso invita a su renovación; porque, como dice, «nos va mucho en ello». . Una nítida distinción entre lo «público» y lo «privado»; un claro espacio decisional de la Sociedad Civil; y una mínima atención a las generaciones futuras, pueden sanear nuestras instituciones. Claras señales de alarma nos mueven a hacerlo. Este pequeño aunque sustancioso libro explica cómo hemos llegado hasta aquí, por qué es necesario rectificar y cómo hay que actuar.