No se equivoque amigo, lo que usted tiene ahora entre las manos más que un álbum de cómics es una auténtica joya. Mejor dicho, un tesoro rescatado del océano del tiempo. Sólo gente tan especial como usted tiene la magia necesaria para comprar esta obra y hacer lo que ahora esta haciendo; lamerla con los ojos para ver a qué sabe. HISTORIAS RABERAS es un álbum ¨de culto¨ indistintamente para los más cultos y para los más incultos de la aldea global. Se podrían decir tantas cosas de este primer trabajo que publicó ALVAREZ RABO allá por el 1993 (¡cuanto ha llovido desde entonces!) que tal vez lo más prudente sea no decir nada. Es difícil traspasar a palabras un espíritu, y es eso precisamente lo que encierran estas páginas; el espíritu genial y contradictorio de uno de los personajes que menos darán que hablar en esta mierda de tercer milenio que acabamos de empezar. Es por todo ello que, sin querer caer en un peloteo patético, no podemos darle otra cosa que la enhorabuena por su acertada elección y alabar la inteligencia, cultura y sensibilidad que ha demostrado con la misma. Las cosas como son. Usted vale mucho más de lo que piensa y mil veces más de lo que creen los otros. Gente como usted es la que necesita este país para ir hacia adelante. Que nadie se atreva a hacerle sangrar a su esperanza. ALVAREZ RABO nació hace años, y el mismo día en que se desarrolla la novela ¨Ulises¨ de James Joyce, en Monforte de Lemos (Lugo.) Sus padres emigraron a Bilbao cuando él era tan sólo un niño. Estudió en un colegio del OPUS donde fue objeto de tocamientos. De jovencito luchó por la libertad de todos, perdiendo en seguida su propia libertad. Cuando la recuperó logró entrar a trabajar en la sección de deportes, caza y pesca del unos Grandes Almacenes donde aún continúa (tiene que ocultarnos su rostro para no poner en peligro su puesto de trabajo.) Esta casado con una mujer que tiene más carácter que Jantipa (la esposa de Sócrates) y tiene dos hijos, Yhedra y Jhónatan, a los que adora. Su hobby preferido es leer El País Semanal todas las semanas y que se la chupen de vez en cuando (todas las semanas es muy difícil.) ALVAREZ RABO empezó a hacer cómics a la edad en que la gente suele dejar de hacer cómics. Nunca quiso sacar dinero con ello y es esta una de las pocas cosas que consiguió en su patética existencia. El 11 de septiembre de 2002 (aniversario del golpe de estado chileno) procedió a su ¨suicidio creativo¨ al no haber recibido las 1.000 cartas de apoyo que pidió a sus seguidores, y sobre todo, por la falta de interés que su obra suscitó en los ¨Mass Media¨. A partir de entonces ALVAREZ RABO es, junto al Che Guevara y Diana de Gales, leyenda.